El día del fin del mundo (21 de diciembre) he pasado una reunión agradable como los chicos de Ubuntu. Hubo una agradable charla con un Michael, Edwin, Fabian, Antonhy y con varias personas que conocí esta noche. Con temas como acerca de los nuevos proyectos y eventos de Ubuntu, el Software libre, computadoras, aventuras informáticas, etc, disfrutamos de una pizza comunitaria. Se sorteó los polos de Ubuntu, DVD de Ubuntu 12.10 y algunas cintas.
Todo finaliza con una visita a la iStore del Centro Cívico de Lima, cual horda de trolls yendo a molestar un rato. Las imágenes lo dicen todo.
Uno de los temas que más me interesó fue la supervivencia de las comunidades universitarias de software libre y de código abierto en el largo plazo. Una observación que me llamó mucho la atención es que determinados grupos tenían ciclos de vida muy cortos y de renovación relativamente largos. Durante dos o tres años un grupo de estudiantes de una Universidad, normalmente de ingeniería de sistemas, participaba de manera activa en eventos, elaboración de proyectos y en la promoción de las ideas del software libre.
Cuando este grupo de estudiantes iba avanzando en los estudios, empezando en el mundo laboral y con la exigente carga académica de sus universidades, las actividades de la comunidad disminuía. Meses de inactividad. Cuando ellos egresaban, quienes quedaban eran muy pocos o ninguno: la continuidad generacional de la comunidad se perdía y el grupo desaparecía.
Esto es un tema interesante del que escribiré más adelante, pero que revela la oportunidad que tiene la comunicación, una planificación estratégica y el trabajo en equipo en las comunidades de software libre.
Por ahora, a probar Ubuntu 12.10.